Capítulo 1: El Primer Día de Colegio
Era una mañana soleada, y el colegio "Pequeñas Sonrisas" estaba lleno de niños corriendo por el patio antes de que sonara la campana. Neizan, un niño de cuatro años con energía inagotable, llevaba su mochila de dinosaurios y caminaba emocionado hacia la entrada del colegio, sosteniendo con firmeza la mano de
—Mamá, ¿crees que hoy podrás ganar en el juego de las canicas? —preguntó Neizan con una sonrisa entusiasta, dando saltitos de emoción.
Su mamá lo miró con una sonrisa tierna mientras lo despedía con un beso en la frente.
—Seguro que sí, cariño. Pero lo más importante es que te diviertas —respondió su mamá, inclinándose para despedirse.
—¡Lo haré! —dijo Neizan antes de correr hacia la entrada del
Una vez dentro, Neizan no pudo contener su alegría al ver a su mejor amiga, María Elizabeth, parada cerca de la puerta. María, de tres años, llevaba una mochila rosa brillante y un bocadillo en la mano. Su cara se iluminó al ver a Neizan corriendo hacia ella.
—¡María! —gritó Neizan, agitando los brazos
María se giró de inmediato, sonriendo de oreja
—¡Hola, Neizan! —dijo emocionada—. ¿Trajiste tu bocadillo? ¡El mío y
Neizan sacó su bocadillo de la mochila con orgullo.
-¡Si! El mío también es de jamón y queso. ¡Y después de comer jugamos a las canicas! —dijo, dando un pequeño salto de alegría.
—¡Me encantaría! —respondió María, dándole un mordisco a su sándwich—. ¡Pero esta vez!
Neizan la miró con una sonrisa desafiante.
—¡Eso lo veremos! —dijo, con el mismo entusiasmo.
De repente, sonó la campana, llamando a los niños a formar en sus filas para entrar a clase. Neizan y María se miraron con complicidad.
—Nos vemos en el recreo —dijo María mientras
—¡Sí, y prepárate para perder! —gritó Neizan riendo mientras
Capítulo 2: El Gran Juego de Canicas
Las horas de clase pasaban rápidamente. Neizan y María, aunque concentrados en las actividades del día, no podían dejar de pensar en el recreo. Ambos estaban emocionados por el juego de canicas que los esperaban. Cuando finalmente llegó el recreo, los dos amigos salieron corriendo al patio
—¡Vamos a jugar bajo el árbol! —dijo Neizan, señalando su lugar favorito cerca de un gran roble en la esquina
—¡Sí, ese es el mejor sitio! —asintió María mientras corría detrás de él.
Una vez bajo el árbol, se arrodillaron en el suelo. Neizan sacó su bolsa de canicas de su mochila, con un tintineo que sonaba una diversión asegurada. Cuando la abrió, las canicas rodaron por el suelo, brillando bajo el sol.
—¡Vaya, tienes muchas! —dijo María impresionada, sus ojos grandes y curiosos
—Sí, gané algunas nuevas el fin de semana —dijo Neizan, sacando una canica azul brillante—. Esta es "La Rayo", es mi favorita.
María estaba emocionada
—¡Es preciosa! Pero hoy la voy a ganar —dijo ella, sonriendo con picardía.
—¡Veremos! —dijo Neizan, acomodando las canicas para empezar
El juego comenzó, y la concentración se apoderó de ambos. Neizan lanzó su canica con precisión, haciendo que varias de las de María se movieran de su lugar.
-¡Si! —exclamó Neizan con orgullo.
—¡Eso no es nada! —respondió María, lista para lanzar .......
Continuará,,,,,,
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